Rosario Mohedano enseña su nueva cara tras su operación en Turquía


 Miles de personas viajan anualmente desde España a Turquía para someterse a una operación quirúrgica. Les es indiferente la distancia, ya que los costes nada tienen que ver con los ofrecidos por una clínica española. Y para que se hagan una idea, por menos de 6.000 euros hay quienes se intervienen de una abdominoplastia, una liposucción, un aumento de pecho e incluso una transferencia de grasa a los glúteos. Una oferta que convence cada vez a más gente, siendo Chayo una de las últimas en unirse a ello. La artista de 37 años, cuyos padres son Amador Mohedano (portabolsos de Rocío Jurado) y Rosa Benito (ex-colaboradora de Sálvame), no imaginó la pesadilla que le esperaba y es que asegura que llegó a despertarse completamente ciega.


Chayo reconoce que la operación se complicó más de lo esperado. Un postoperatorio que ella no imaginó y que le hizo temer por su vida al no poder ni siquiera respirar. "Me desperté que no podía ver y me dio un ataque de ansiedad. Me inflamé más de la cuenta y tenía los ojos cerrados, no podía ver. Además, estaba respirando muy mal porque un pulmón no me funcionaba. O yo sentía eso. Me desperté ciega y sin poder respirar". Pero, ¿qué se realizó para haber llegado a ese punto? Al parecer, se sometió a un lifting de mandíbula, mejillas, se hizo la mirada de ojos de gato, una blefaroplastia y una rinoplastia, lo que provocó un dolor tan insoportable que "quería morirse". "Lo he pasado fatal, horrible. Si pudiera volver atrás nunca me haría la cirugía", reconoce. La cantante se vio obligada a alargar su hospitalización, la cual fue pagada por su propio doctor al ver su deplorable estado tras la operación.



Mientras muchos se preguntan la razón por la que ella aceptó hacerse todas las operaciones en un mismo día, su respuesta es clara. "Cuestiones de agenda", espeta. "Siempre estoy trabajando y no tenía tiempo. Me costaba todo 3.000 euros. Me importa una mierda cómo quede, ahora mismo sólo quiero estar bien y viva", comenta ella. Una durísima recuperación en la que cree que las enfermeras de la clínica donde ella se operó no actuaron como deberían. "No fue amable, no me abría las botellas de agua, tenía que ir sola al baño tocando todo", dice Chayo.


Sin miedo al qué dirán, ha compartido algunas fotos de su estado actual, a pesar de que esto haya conllevado un aluvión de críticas contra ella. Una imagen donde aparece repleta de gasas, vendas y donde además luce una diadema de compresión que le ayudará a que todo vuelva a su sitio. Con más de 100.000 seguidores, son muchos amigos, fans y anónimos también los que le animan a su pronta recuperación. Aunque hay para quien puede resultar una desconocida, Chayo, además de artista, es familia de la gran Rocío Carrasco y en los últimos tiempos se ha unido a las alimañas para acabar con ella, cosa que no han conseguido.