La reina Letizia da la nota en la procesión del Reencuentro con Felipe, Leonor y Sofía


El año pasado, los Reyes Felipe y Letizia sorprendieron al acudir a Chinchón para presenciar una de las procesiones más arraigadas de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en este 2024, optaron por asistir a una procesión en el centro de la capital. A las puertas de la iglesia de Las Calatravas, ubicada en plena calle Alcalá, la Familia Real aguardó la salida de la procesión del Encuentro.


Don Felipe y Doña Letizia, acompañados por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, esperaron pacientemente, equipados con chubasqueros, durante una lluviosa y desapacible jornada. Su presencia sorprendió a los fervientes seguidores de esta procesión que se congregaban a las puertas del templo. Finalmente, debido a la previsión de lluvia constante a lo largo de toda la tarde, los organizadores se vieron obligados a suspender el recorrido. Sin embargo, abrieron las puertas de la iglesia para que los fieles pudieran orar ante los pasos.


Hace tan solo unos días, los monarcas se reunieron con sus hijas durante las vacaciones de Semana Santa. Los Reyes viajaron a Zaragoza para recoger a la Princesa Leonor, quien continúa su formación en la Academia General Militar, mientras que la Infanta Sofía regresó del Internado UWC Atlantic de Gales, donde cursa el Bachillerato. Desde el 31 de octubre del año pasado, no se habían visto juntos a los Reyes y sus hijas, la última vez fue durante la jura de la Constitución de la heredera al trono, coincidiendo con su 18 cumpleaños.



Para la jornada del Sábado Santo de este año, los Reyes Felipe y Letizia optaron por un plan familiar que incluía presenciar una procesión en pleno centro de Madrid. Se dejaron ver en las inmediaciones de la Iglesia de las Calatravas, fundada en 1734 y ubicada muy cerca de la Gran Vía madrileña. Los transeúntes de la zona se sorprendieron al ver a la Familia Real esperando como otros fieles para presenciar la salida de la procesión organizada por la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo.


Una vez más, pudimos presenciar la naturalidad de la familia real ante la curiosa mirada de la multitud de ciudadanos que se agolpaban en la zona. Don Felipe no dudó en fotografiarse con algunos miembros de la hermandad y entablar conversaciones de forma distendida. Tanto él como su esposa e hijas estaban preparados para una jornada lluviosa en la capital. Doña Letizia optó por una parka azul marino, botas de estilo militar y vaqueros, complementando su atuendo con un bolso bandolera de piel negra.


La Princesa Leonor también lució pantalones vaqueros, un chaquetón marino y un jersey de estilo marinero. En varias imágenes, se puede observar a la heredera al trono mostrando una complicidad evidente con su madre, sosteniéndola del brazo mientras esperaban. Por su parte, la Infanta Sofía llevaba una cazadora de tono camel y pantalones negros.


Lamentablemente, la Familia Real no pudo presenciar la salida de la procesión debido a la lluvia. El paso iba a estar acompañado por la banda propia de La Soledad y El maestro. La procesión tenía previsto recorrer no solo la Calle Alcalá, sino también la Puerta del Sol, Calle Mayor y la Plaza de San Miguel, entre otros lugares, hasta el encuentro con el Cristo Yacente que iba a tener lugar en la Plaza de la Villa.


Desde 2019, los Reyes Felipe y Letizia no han pasado la Semana Santa en Mallorca, su destino habitual durante décadas. El año pasado eligieron la Pasión de Cristo de Chinchón, Madrid, para conmemorar su 60 aniversario, asistiendo acompañados por sus hijas. En cuanto a este año, la Reina Sofía y la Infanta Cristina disfrutaron del Viernes Santo también en Madrid, presenciando la procesión del Cristo de los Alabarderos, que recorre las calles más céntricas de la capital y comienza su trayecto en el Palacio Real. La Reina emérita, acompañada de su hermana, Irene de Grecia, recibió la medalla del Cristo de los Alabarderos. El Jueves Santo, doña Sofía presenció el desembarco de la Legión en el puerto de Málaga y el traslado de la talla del Cristo de la Buena Muerte desde la iglesia de Santo Domingo hasta el trono procesional de la casa de la Hermandad.