La expresión latina "Alea Iacta Est", atribuida a Julio César, resonaría fuertemente en el corazón de los romanos como un llamado a la acción irreversible, marcando un momento crucial en el destino. En un paralelismo moderno, podríamos equiparar esta frase con el momento en que Nebulossa, representando a España, se enfrentaba a su actuación definitiva en la gran final de Eurovisión 2024.
El contexto previo a esta presentación estaba impregnado de controversia, especialmente con la descalificación de Países Bajos debido al incidente que involucró a Joost Klein durante la semifinal. Sin embargo, en medio de esta atmósfera cargada, España tomó el escenario en la séptima posición, justo después de Lituania, preparada para dejar una marca indeleble en la historia de Eurovisión.
Al igual que la letra de la canción "Zorra" sugiere, Nebulossa, y en particular su vocalista Mery Bass, parecían estar en su apogeo. Cada actuación previa había sido un testimonio de su crecimiento y habilidad para cautivar al público con su energía desbordante y su espectáculo impresionante.
Una vez más, el grupo español logró electrizar al público del Malmö Arena, con todos coreando al unísono el pegadizo estribillo "Soy más zorra todavía". Este momento se convirtió en un ícono instantáneo, evidenciando que la canción española había resonado en todo el continente.
La escenografía desplegada por Nebulossa era un componente esencial de su actuación. El icónico sillón circular de terciopelo rojo se erigía como un trono, simbolizando el dominio de Mery sobre el escenario. Las lámparas de araña que adornaban los salones en Benidorm se transformaron en proyecciones dinámicas sobre los cubos suspendidos del Malmö Arena, demostrando un ingenio visual extraordinario. Además, el grupo aprovechó al máximo todos los elementos y las dimensiones del escenario, contando con la presencia de Ana Vila y los bailarines César Louzan e Iosu Martínez, quienes añadieron una capa adicional de dinamismo y gracia a la presentación.
En resumen, la actuación de Nebulossa en la final de Eurovisión 2024 trascendió las fronteras de una simple presentación musical para convertirse en un evento memorable y emblemático. Desde el momento en que pisaron el escenario, quedó claro que estaban destinados a dejar una huella indeleble en la historia del concurso, llevando consigo el espíritu y la energía de España a toda Europa.